miércoles, 4 de noviembre de 2009

Dispárate2/ y 4


Última entrega de estos disparos, disparos errados procedentes todos del primer examen de la primera evaluación. No sé si por ser la última entrega será la mejor, lo que está claro es que sigue habiendo auténticas perlas disparatadas.
Hasta ahora uno pensaba que en los libros se podía encontrar mucha vida, pero lo que uno no sabía es que los libros tienen vida propia; al menos así lo ve una alumna, cuando, intentando contestar a la pregunta de Cultura y sociedad en la Edad Media y su reflejo en la literatura, se pone animosa y escribe: "Los libros se encontraban refugiados en monasterios, allí los conservaban y decían saberes (...) AL final de la Edad Media empezaron a salir los libros de las columnas de los monasterios". Toma del frasco, Carrasco. Primero, los libros refugiados, posiblemente huyendo de la masa analfabeta que los querían usar como leña para calentarse, y después, una vez que los mismos libros olfatean que el peligro ya ha pasado, deciden salir de las columnas de los monasterios, ¡qué mejor sitio para esconderse que una buena columna monacal!.
El asunto este de los libros, los clérigos, los monasterios y los nobles da para mucho, o eso parece creer un alumno cuando siguiendo más su instinto que el libro o los apuntes, se atreve a poner por escrito semejante afirmación: "La nobleza al descubrir este hecho - el autor se refiere a que en los monasterios los monjes ejercían de copistas- también quiere apoderarse de ello para que no sean analfabetos y que los campesinos no se mofen de ellos". Lo mejor de la frase es el uso, correctísimo eso sí, del verbo mofarse. Seguro que los campesinos estaban todo el día mofándose de los nobles por analfabetos, ya se sabe que, si nos referimos al campesinado, el que más y el que menos tenía dos carreras, una para adelante y otra para detrás.
Pero no sólo la Historia es objeto de los más disparatados disparos, la propia Literatura no se libra de ser acertada, más bien habría que decir desacertada, por esos disparos que no respetan ningún objetivo. Así hemos podido leer afirmaciones de una lógica tan lingüística como la que dice que "las estrofas clérigas eran las estrofas que usaba el Mester de Clerecía" o la que nos confirma una sospecha que ya nos temíamos hace tiempo, "En el género dramático los hechos no son ficticios, es decir, carecen de héroes". Ya. Afirmación que deja en pañales a esta otra: "Las jarchas son conspiraciones breves escritas en mozárabe".
Pero si en algo destaca esta última remesa de exámenes es en la capacidad inventiva a la hora de crear nuevas figuras literarias. Ahí van unas cuantas:
* Poledintota.- ¿Será la acumulación de figuras literarias que vuelve al poeta idiota?
* Pleonomasia.- ¿Redundancia en abundancia?
* Planespermia.- Mejor no hago chistes.
¿Y ese nuevo subgénero dramático bautizado "viodebil" (por vodevil)? ¿Qué cosa será? A ver si nos lo aclara la inventora de tamaño palabro.
Dos palabros nuevos habría que añadir a este rico diccionario, apocópero y aféresista; tienen nombre de oficio y posiblemente sea un oficio con mucho futuro. Apocópero será la persona encargada de crear apócopes (ya hemos visto unas pocas en anteriores entregas), mientras que aféresista (con tilde sobresdrújula) será la persona que crea aféresis día y noche, sin descanso.
Y nos despedimos con un ejemplo de un aféresista empedernido y algo confundido:
*Entonces, que proviene de la palabra tonces.
Tonces mejor lo dejamos ¿no?

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